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Las aceitunas • MERCÈ VANCELLS nutrició i salut integrativa
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Las aceitunas

Cogiendo aceitunas

Las aceitunas

Desde que tengo uso de razón las aceitunas han sido la fruta predilecta de casa.

Las aceitunas son los frutos de los olivos. Y el origen de los olivos se sitúa en Oriente Medio o Asia Menor.

Son una fruta bíblica asociada a las escrituras con símbolos de bondad, agilidad, pureza, felicidad y abundancia. Se han encontrado restos que datan de hace más de 8.000 años.
Las aceitunas tuvieron un papel vital en Grecia, en la mitología, en la filosofía y en la medicina; incluso se redactaron leyes que protegían los olivos. Hipócrates recetaba aceitunas para curar las úlceras de estómago, la cólera y los dolores musculares.

Los romanos le conferían propiedades afrodisíacas, y fueron los que perfeccionaron la extracción de aceite con la prensa de piedra.

España es el mayor productor de aceitunas, le siguen Italia y Grecia. Hay decenas de variedades, e incluso las aceitunas de un mismo olivo pueden tener matices muy diferentes unas de otras.
Según el momento en que se cosechan serán verdes o negras.

Habitualmente, es en las semillas donde las plantas crean más grasa, para poder dar fuerza para el crecimiento de una nueva planta. Pero, el caso de las aceitunas, es de las únicas frutas en que la grasa se concentra en el fruto. Y aquí radica su característica.

Recién cosechadas son muy amargas, y esta amargura se la da un componente llamado oleuropeína. Mientras la oliva va madurando bajo el sol, este componente va siendo cada vez menos amargo, hasta que hay un punto en que ya es bastante comestible en estado crudo, aunque debe ser cosechada y comida enseguida, ya que en se estropean muy rápido. Por esta razón lo más habitual y común es consumirlas una vez han sido maceradas en salmuera, en sal o en aceite de oliva, o las podemos dejar secar al sol. Se puede considerar como la fruta más alcalina, ya que contiene muchos minerales.

Gracias a su grasa saludable, también alcalina, embellece la piel, lubrica las articulaciones y los intestinos, refuerza las membranas celulares y son fuente de energía de larga duración.

 

También es uno de los alimentos naturales con mayor contenido de vitamina E, también conocida como tocoferol (palabra que proviene del griego Toko, dar luz), esta tiene un gran poder antioxidante, repara el tejido conectivo del cuerpo, tejido que envuelve todas las estructuras corporales: órganos, músculos, tendones y huesos.

Por lo tanto las aceitunas juegan un papel importante en la construcción y reparación del cuerpo, y en la salud cardiovascular.

 

La proporción de grasa-proteína de las aceitunas es equiparable a la proporción que tiene la carne roja, por eso son tan importantes y deseadas cuando pasamos a una dieta vegetariana.

El cuerpo construye el ácido clorhídrico del estómago, para llevar a cabo la digestión, a partir de sales. Las sales naturales que se encuentran en los vegetales salados, tipo las aceitunas, restauran éste ácido. Cuando eres joven las sales de mesa pueden ayudarte, pero a medida que te vas haciendo mayor, y la energía vital decae, el cuerpo no puede utilizar las sales de mesa para restaurarlo.

Los elementos sulfurosos picantes que contienen por ejemplo el ajo y la cebolla, son suavizados por las grasas que contienen las aceitunas o los aguacates, y esto los hace más digeribles.

Muchas de las combinaciones que hacemos habitualmente tienen un sentido. El famoso aperitivo que hacemos aquí de aceitunas y patatas, donde parece que uno llame al otro, básicamente es que las patatas fritas de por sí son muy abrasivas y duras para los tejidos blandos del cuerpo, y la grasa de las aceitunas lo suaviza una poco.

A la hora de escoger las aceitunas adecuadas, es mejor que vengan en botes de cristal, que no estén pasteurizadas, que no contengan aditivos y que tengan poca sal.

 

Veréis que cumplir estos requisitos no es nada fácil, muchas aceitunas del mercado han sido pasteurizadas, y contienen habitualmente estos aditivos: E270, E300, E330, E401 y el menos recomendable de todos el E621 (glutamato monosódico, al que se le atribuyen bastantes efectos secundarios)

Mucha gente no las come de manera habitual porque dicen que engordan, pero en cambio se ponen grandes cantidades de su aceite en cada comida, y es mucho más saludable comer el aceite con la fibra y todos los otros nutrientes que lo acompañan. Pruébalo, tu cuerpo lo agradecerá.



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