Las flores son únicas y delicadas, como las personas.
Nos gusta ver la diversidad de formas y colores que nos muestra la naturaleza, sin embargo a nosotros nos cuesta aceptarnos y respetarnos con nuestras diferencias.
El proceso de la planta hasta su floración, lo podemos comparar con nosotros cuando hemos superado miedos y ansiedades y nos transformamos en personas más dulces, y con una autoestima más alta.
La flor continuará transformándose en frutos y semillas, así como nosotros también daremos forma a nuestra parte más creativa, cuando estemos mejor con nosotros mismos.
Para reencontrarnos con nuestra esencia, qué mejor que los aceites esenciales. Nos ayudan a sentir nuestro latido, nuestro camino y nos ayudan a hacerlo más llano.
La aromaterapia es una rama de la fitoterapia. Se basa en los aromas, concretamente los aceites esenciales, y es de las más antiguas que existen. Inicialmente se usaban en rituales sagrados y poco a poco se fueron incorporando con finalidades curativas, cosméticas o como ambientadores en diferentes culturas antiguas de la India, Persia, China, Grecia, Egipto y Roma.
Las plantas fabrican los aceites esenciales para protegerse de bacterias, hongos y diversas plagas o bien para atraer a los polinizadores. Por lo tanto los aceites esenciales proporcionan a la planta protección, defensa y capacidad de auto curación, y es precisamente esto lo que nosotros también podemos aprovechar de ellos.
Los aceites esenciales son los productos aromáticos de las plantas, son extractos vegetales concentrados y están compuestos por diferentes sustancias orgánicas volátiles. Habitualmente se obtienen por destilación al vapor.
Actúan equilibrándonos a nivel físico, mental y espiritual.
Se distinguen tres vías de penetración de los aceites esenciales: respiratoria, oral y cutánea.
El aroma entra por las fosas nasales y va directamente al cerebro, al sistema límbico. La respuesta eléctrica del cerebro frente a los olores utiliza la misma vía que la respuesta relacionada con las emociones. Y a través del sistema nervioso vegetativo actúa sobre diferentes funciones del organismo.
Aplicados a través de la piel y las mucosas nos beneficiaremos de los principios activos de los aceites esenciales que llegan a los tejidos y a la sangre.
Los aceites esenciales son tan útiles para las patologías físicas, como emocionales y mentales; equilibran el sistema nervioso, emocional y físico de las personas.